jueves, 15 de marzo de 2012

Monólogo sobre la amistad

Hasta ahora pensaba que la peor frase que te puede decir una tía es: "Tenemos que hablar...". Pero no, la peor frase que te pueden decir es: "Yo también te quiero... pero solo como amigo".

Eso significa que para ella tú eres el mas simpático del mundo, el que mejor la escucha, el mas enrollado... pero que no va a salir contigo. Va a salir con un impresentable que sólo quiere acostarse con ella.

Eso sí, cuando el otro le haga una putada, te llamará a ti para pedirte consejo. Es como si vas a buscar trabajo y te dicen: "Señor Gutierrez, es usted la persona idónea para el puesto, el que mejor vitae tiene, el más preparado... pero no le vamos a contratar. Vamos a coger a un incompetente. Eso sí, cuando la cague, ¿le podríamos llamar a usted para que nos saque del lío?".

Me pregunto... ¿qué he hecho mal? Hemos ido al cine, nos hemos reído, hemos pasado horas tomando café... ¿A partir de qué café nos hicimos amigos?, ¿del quinto? ¿del sexto? Eso se avisa. ¡uno menos, y ahora me estaría acostando con ella! Para ellas un amigo se rige por las mismas normas que un Tampax: Puedes ir a la piscina con él, montar a caballo, bailar... lo único que no puedes hacer con él es tener relaciones sexuales.

Es que si lo piensas... si para una tía considerarte "su amigo" consiste en arruinar tu vida sexual... ¿qué hará con sus enemigos? A mi me parece muy bien que seamos amigos, lo que no entiendo es porqué no podemos ... como amigos".

Yo creo que la amistad entre hombre y mujeres no existe, porque si existiera, se sabría. Lo que ocurre es que cuando ella te dice que te quiere sólo como amigo, para ella significa eso y punto. Pero para ti, no. Para ti significa que si una noche estáis en la playa, ella se emborracha, hay luna llena, se han alineado los planetas y un meteorito amenaza la Tierra... ¡A lo mejor consigues enrollarte con ella!

Por eso tragas, porque nunca pierdes la esperanza. ¿Qué se lía con Oscar?, pues ya romperá... Cuando lo hace, tú atacas con la técnica del "consolador": "No llores, el Oscar ese es un chulo. Tú te mereces algo mejor, un tío que te comprenda, un tío que sepa estar ahí cuando lo necesitas... que sea bajito, que sea castaño, que no sea muy guapo, que se llame Javier... como yo".

Al menos, siendo amigo puedes meter cizaña para eliminar competencia. Es la técnica del "gusano miserable". Cuando ella te dice: *Ay, que majo es Paco, ¿verdad?
-¿Paco? Es muy majo, sí... un poco bizco.
*No es bizco, lo que pasa es que tiene una mirada muy tierna.
-Sí, en eso tienes razón, me fijé el otro día, cuando miraba a Marta.
*No la miraba a ella, me miraba a mí.
-¿Ves como es bizco?


El colmo es que las tías consideran que tienen una relación "superespecial" con un tío cuando pueden dormir con él en la misma cama y que no pase nada. Pero bueno, ¿lo "superespecial" no sería que sí pasara algo? Un día después de una fiesta te quedas ayudándola a recoger, como haces siempre, y cuando acabáis, ella dice: *Huy, es muy tarde, ¿por qué no te quedas a dormir?
-¿Y donde duermo?
*Pues en mi cama.
A ti te tiemblan las piernas: "¡Ésta es mi noche, se han alineado los planetas!". Al rato te das cuenta de que no son precisamente los planetas los que se han alineado, porque ella, como sois amigos, con toda la confianza, se que queda en camiseta y bragas, y tú, visto lo visto piensas: "Me voy a tener que quedar en calzoncillos... con la alineación de planetas que llevo encima".
Así es que te metes en la cama de un brinco y doblas las rodillas para disimular. Ella se mete, te pega el culo y te dice:
"Hasta mañana". ¡Y se duerme! "Pero bueno, ¿cómo se ha podido dormir tan pronto? ¿Pero esta tía no reza ni nada?".
¡Estas acostado con la tía que te gusta!. Al principio no te atreves a moverte, para no tocar nada. Sabes que si en ese momento hicieran un concurso, nadie podría ganarte: eres el tío mas caliente del mundo. ¡Y que larga se te hace la noche!. Te vienen a la cabeza un montón de preguntas:
"¿Tocar una teta con el hombro será de mal amigo? ¿Y si es la teta la que me toca a mí?".
Pero después de muchas horas ya sólo te haces una pregunta:
"¿Seré realmente ... ". No puedes creer que estéis en la misma cama y no vaya a pasar nada. Confías en que en cualquier momento se dé la vuelta y te diga: "Venga tonto, que ya has sufrido bastante, ¡hazme tuya!".


Pero no. A las tías nunca les parece que hayas sufrido bastante. Y mira que sufres. Porque tienes toda la sangre del cuerpo acumulada en el mismo sitio. Se han dado casos de hombres que han llegado a reventar. Pero ahí no termina tu humillación. A las siete de la mañana suena el timbre de la puerta: *¡Ay, es Oscar!
-¿Oscar? ¿Pero no le habías dejado?
*Ya te contaré, que ahora tengo prisa. Se me olvidó decirte que iba a traer su perro, porque como nos vamos a Baqueira, yo le dije que el perro mejor que contigo no iba a estar con nadie.
Y para colmo cuando entra Oscar te dice: "¿Eres tu su amigo? Tienes mala cara, ¿has dormido bien?".


Así que al final te quedas con el perro, que ése sí que es el mejor amigo del hombre.

miércoles, 14 de marzo de 2012

¿Tienen vida los calcetines?

Como ya saben... a mí las cosas me afectan mucho. Analizo todo lo que hay o ocurre a mi alrededor. ¡Ya ven! Me pongo a hablar sola en menos que canta un gallo. La mayoría de las veces con humor, con ironía, sarcasmo y sazonado con un pisquito de doble intención. Si a las cosas de la vida no se le pone un poco de sal y pimienta, resultan… sosas y monótonas. Yo siempre digo que la risa es lo que más nos diferencia de los animales.

Desde hace algunos años vengo investigando a los calcetines. Cuanto más los he observado y vigilado, más convencida estoy de que tienen vida propia. ¡Vamos, que están vivos! Los calcetines, al tomar contacto con el ser humano, se les activa sus células, sus genes, y toman vida. Estoy segura que los fabricantes de calcetines saben más del tema, pero no quieren hablar.

Si se fijan, los calcetines no soportan la vida en pareja (como los humanos), por esta razón salen de la fábrica unidos por una pequeña grapa. En cuanto toman contacto con los pies del humano, comienzan a sudar y a sudar hasta estar sucios, a pesar de que los pies estén lavaditos, perfumados y tratados con bicarbonato. ¡Son los calcetines los que sudan y huelen! Y creo que es porque no pueden caminar juntos, no se soportan. Algunos hasta se deslizan hacia abajo, se arrugan y eso es porque intenta huir.

Ya en el primer lavado llega el divorcio. ¡Hagan la prueba! Metan una pareja de calcetines en la lavadora y cuando vayan a sacarlos solamente encontrarán uno… ¿Dónde está el otro?; tienda una pareja en el tendedero y verá que cuando vaya a buscarlos solamente hay uno. ¿Dónde está el otro?

Los calcetines son muy, muy ligones y de amigotes (como el humano), jamás están con sus parejas pero siempre los encontrarán liados con otros. En mi investigación he llegado hasta lavarlos a mano, tenderlos, sentarme al lado de ellos mientras se secaban, los he enrollado juntitos y los he encerrado en un cajón. Al abrirlo ¡estaban juntos! Pero… pero… uno de ellos se había camuflado cambiando de color. Si no me creen hagan la prueba. Compren 25 parejas de calcetines = a 50 calcetines. Esperen unas cuantas semanas y se encontrará con 25 calcetines ¡¡sin pareja!!

Si observamos a los calcetines de deportes, eso es aún más extraño y me confirman cada vez más de que tienen vida. Las rayas de colores de sus patentes, o liguillas ¡cambian de color y de posición! ¡Jamás encontraran la pareja! Preguntando a vecinos y amigos, me he enterado que en cada casa hay una bolsa, un cajón donde van a parar los calcetines separatistas, independientes y divorciados.

¡En fin! Quizá me esté volviendo paranoica, como me ha dicho mi psiquiatra (por cierto, que él llevaba los calcetines desiguales). Si no quieren terminar como yo, olvídense de los calcetines y usen leotardos, ¡jamás se separan!

martes, 13 de marzo de 2012

Improbable mejor que imposible

La Real Academia define la palabra "imposible" como algo que no tiene facultad ni medios para llegar a ser o suceder. Y define "improbable" como algo inverosímil, que no se funda en una razón prudente.

Puestos a escoger, a mi me me gusta más la improbabilidad que la imposibilidad. Como a todo el mundo, supongo. La improbabilidad duele menos... y deja un resquicio a la esperanza, a la épica.
 
Que David ganara a Goliat era improbable, pero sucedió; un afroamericano habitando la Casa Blanca era improbable, pero sucedió; Nadal desbancando del número uno a Federer; una periodista convertida en princesa...
 
El amor... las relaciones... los sentimientos... No se fundan en una razón prudente. Por eso no me gusta hablar de amores imposibles, sino de amores improbables. Porque lo improbable es, por definición, probable. Lo que es casi seguro que no pase, es que puede pasar. Y mientras haya una posibilidad, media posibilidad entre mil millones de que pase.. VALE LA PENA INTENTARLO.